¡Cumplimos el sueño de cruzar el Atlántico a vela con una tripulación excelente!

En el siguiente enlace podrás ver la ruta de nuestra travesía del Atlántico en velero, con salida de Palamós y llegada a Martinica.

Travesía del atlántico a vela

Todo empieza el 30 de octubre de 2021, momento en el que zarpamos del puerto de Palamós rumbo a la primera parada de Gibraltar.

El 6 de noviembre, llegamos a Gibraltar para hacer la primera parada.

El 10 de noviembre es el tercer día de navegación en el Atlántico. Nos acompañan unas suaves brisas del norte y noroeste con mar de fondo del norte de medio a un metro. Avanzamos a una media de 5 nudos y 120 millas náuticas en 24 horas.

12 de noviembre, última noche de navegación antes de llegar a Lanzarote. Pudimos probar diferentes configuraciones de velas para vientos portantes y nos visitaron un grupo numeroso de delfines, una tortuga marina, ballenas y una paloma mensajera que hizo barco stop ayer por la tarde.

27 de noviembre, primera noche de navegación tras la parada en Tenerife. Tuvimos una despedida emotiva de la isla de Tenerife, hicimos sonar nuestra bocina de señales y las tripulaciones vecinas se levantaron y nos saludaron efusivamente. Nosotros les respondimos haciendo la ‘ola Atlántica’.
Antes del anochecer cambiamos la vela de proa génova por la trinqueta, más pequeña y reforzada. Decisión acertada, ya que tuvimos rachas de hasta 30 nudos. En pleno proceso de marinización que dura entre 48 y 72 horas, la travesía seguía su curso y ya con los vientos más calmados cambiamos de nuevo la configuración de velas.

29 de noviembre, reducimos un poco más la vela mayor tomando el segundo rizo. Lo hicimos sin modificar el rumbo. Maniobra compleja que completamos con éxito.
Por la noche el viento fue arreciando y el oleaje incrementándose. Decidimos reducir aún más la vela mayor y tomamos el tercer rizo. Lo intentamos manteniendo el rumbo pero fue imposible. Así que nos ayudamos de los motores para acercarnos al viento, es decir ceñir, y así conseguimos que la vela mayor no cargue viento, flamee, y pudimos reducirla. Gran trabajo en equipo de toda la tripulación.
La media de velocidad de 7-8 nudos en las últimas 24 horas con puntas de 12, 14 y está mañana récord de velocidad de 16,6 nudos. Vientos constantes de 20-30 nudos del Este-Nordeste por la aleta de babor y olas de 3 a 5 metros. Con la trinqueta y la mayor con 3 rizos el Ginesta va que chuta, sin forzar la maquinaria. De momento vamos bajando dirección Cabo Verde a rumbo 200-210°.

30 de noviembre, a las 11.00 UT viramos poniendo rumbo al oeste, a las Américas, a la Martinica. 2.350 millas náuticas nos separan de nuestro destino. A partir de este momento comienza la cuenta atrás para la llegada.

6 de diciembre, el día anterior por la mañana izamos por primera vez en esta etapa la vela denominada spinnaker asimétrico. Una vela de proa majestuosa, de color rojo, hecha para brisas portantes suaves. La maniobra fue perfecta y ganamos en velocidad casi 2 nudos, en comparación con la génova.
Cerca del mediodía, nos encontramos con el velero Tayaut, de 35 pies de eslora aproximadamente, capitaneado en solitario por Sir Andrew. Nos comunicamos con el por radio. Le preguntamos si estaba bien y si necesitaba agua, víveres u otro tipo de asistencia.
Nos respondió que estaba todo bien, sólo que como se le había averiado el piloto automático, iba más lento de lo previsto, ya que pilotaba el velero el mismo 10 horas al día y el resto descansaba, así que llegaría a su destino en el Caribe, la isla de Saint Lucía, a mediados de enero en lugar de a finales de diciembre. Sólo nos pidió, si podíamos enviar un email a su familia, para avisarles que estaba bien y que llegaría con retraso. Como disponemos abordo de un sistema de comunicación vía satélite, pudimos comunicarnos con la familia de Andrew, que se alegró mucho de recibir noticias suyas y nos lo agradeció enormemente.
Seguimos avanzando a toda vela hacia la Martinica. Son 10 días desde que zarpamos de Tenerife, con 1.200 millas recorridas aproximadamente, unas 120 millas cada 24 horas, a una velocidad promedio de 5 nudos. ¡100 x 100 a vela!
Estamos contentos y satisfechos.

17 de diciembre, el viento arreciado nos acercaba cada vez más a nuestro destino. Tan solo 37 millas náuticas nos separaban de la Martinica.
El oleaje es considerable, de 3 a 4 metros, pero el Ginesta y nuestros timoneles cabalgaban con gran destreza. Oteamos el horizonte, a ver quien es el primero que avistará tierra. Su premio será un doblón, como era costumbre antiguamente. A las 17.00 horas vemos tierra por primera vez, para finalizar nuestra aventura el 18 de diciembre, cuando llegamos al puerto de Le Marin en Martinica.